Un bronce para la esperanza
París, 11 ago (EFE).- La medalla de bronce conquistado por la selección española de balonmano en los Juegos Olímpicos de París con un equipo en el que, como recalcó una y otra vez Jordi Ribera, más de la mitad de los jugadores debutaban en una cita olímpica hace mirar con optimismo el futuro de los 'Hispanos'.
París, 11 ago (EFE).- La medalla de bronce conquistado por la selección española de balonmano en los Juegos Olímpicos de París con un equipo en el que, como recalcó una y otra vez Jordi Ribera, más de la mitad de los jugadores debutaban en una cita olímpica hace mirar con optimismo el futuro de los 'Hispanos'.
Máxime si se tiene en cuenta que en un plazo no muy lejano, como demuestra la presencia ya en estos Juegos del jovencísimo Peta Cikusa, de la irrupción de una nueva generación de jugadores que parece que sólo sabe conjugar el verbo ganar.
Tal y como demuestran los títulos de campeones de Europa y del mundo de la categoría juvenil conquistados en los años 2022 y 2023 y más recientemente el oro conquistado el pasado mes de julio en el Campeonato de Europa júnior disputado en Eslovenia.
Pero si los Ian Barrufet, Víctor Romero o los hermanos Petar y Djordje Cikusa representan el futuro a largo plazo del balonmano español, el presente no suena menos ilusionnante con actuaciones como la protagonizada en París por el pivote Javi Rodríguez.
A sus 22 años recién cumplidos y en su primera experiencia en un gran torneo internacional el jugador madrileño de Barça ha demostrado que no sólo puede ser el pilar sobre el que se sustente la defensa del equipo español durante la próxima década, sino que puede rendir perfectamente en las dos áreas.
Pero Javi Rodríguez no es el único joven que ha destacado dentro del equipo español, donde el eléctrico Dani Fernández parece empeñado seguir la tradición e magníficos extremos izquierdos con los que siempre ha contado la selección española.
Igualmente ilusionante ha sido la actuación del central Ian Tarrafeta que ha evidenciado en la capital francesa su capacidad de desequilibrio con sus fintas y lanzamientos entre líneas.
Aunque si alguien ha dado un paso adelante en estos Juegos Olímpicos de París es Agustín Casado que a sus 28 años ha alcanzado la madurez necesaria para asumir la dirección de juego del equipo español.
Nombres a los que sumar los del extremo Kauldi Odriozola, el lateral Imanol Garciandia o el pivote Abel Serdio que también debutaban en París en unos Juegos Olímpicos.
Un falta de experiencia que en algunos momentos, como señaló el seleccionador Jordi Ribera, hizo que al equipo español le "quemase la mano" en momentos puntuales de los partidos.
"Sabíamos que era un peaje que teníamos que pagar, que esa falta de experiencia iba a hacer que en algunos momentos nos quemase la mano, como nos quemó con Alemania en las semifinales, pero por eso todavía tiene más mérito esta medalla", señaló Ribera.
Una falta de experiencia que se paliará en unos próximos años en los que los 'Hispanos' como dejaron claro con la medalla de bronce conquistada en París quieren seguir firmemente asentados entre los mejores equipos del panorama internacional.
Javier Villanueva